No me creas si te digo que este solo es para ti...

Corría el año 76, el Hard Rock ya era algo más que un estilo incipiente que escuchaban unos cuantos chavales en sus casas mientras sus padres temían por sus almas, pero no sabían que la cosa iría a peor, pues las bandas de Heavy Metal primitivo venían pisando fuerte. Deep Puprle ya nos había dejado numerosas joyas que todos recordaremos por siempre pero era el momento de ir un paso mas allá y Ritchie Blackmore se había ido un año antes para formar Rainbow con Ronnie James Dio, donde juntos tallaban otras cuantas para el futuro. Led Zeppelin,en la cresta de la ola de su popularidad, disfrutaban de la vida de éxito sin saber que aún habrían de recibir una muy dura lección dos años más tarde. Black Sabbath ya no eran esos cuatro jovencitos de Birmingham, que tocaban para evadirse de las interminables jornadas de trabajo en la metalúrgica de la ciudad y en los mismos estudios que grababa Sabbath, ese mismo año, Judas Priest preparaba el Sad Wings Of Destiny, el disco que definitivamente los metería en el panteón de padres del Heavy Metal, alejandose del Rock Progresivo que destilaron en el Rocka Rolla, mientras en la otra punta del mundo, AC/DC, con un éxito abrumador en Australia, preparaba el lanzamiento del High Voltage de forma internacional, KISS lanzaría también ese año Destroyer, que sería doble disco de platino y muchos otros grupos preparaban el asfalto para una edad dorada de la música. Pero lo que hoy quiero contar trata sobre otra de las "bandas madre": los irlandeses, Thin Lizzy, que en 1976 sellaban un clásico por excelencia del rock: Jailbreak, y sobre el guitarrista que solía salvarle el culo a Phil Lynott cuando se quedaba colgado: Gary Moore.

Jailbreak, por méritos propios, supuso el salto a la fama de Thin Lizzy en el mercado estadounidense, y canciones como The Boys Are Back In Town o Cowboy Song se convirtieron en himnos, que miles de fans cantaron durante la gira, exitosa, hasta que el grupo decidió pararla abruptamente debido a la hepatitis que contrajo Phil. Pero la discográfica tenía que aprovechar el tirón de la banda y mientras aún se recuperaba, ese mismo año, lanzan Johnny The Fox con el single Don't Believe a Word que sería un hit en el Reino Unido, y es este tema el punto de partida de esta curiosa historia.

Thin Lizzy en concierto en 1976

Por aquel entonces, Gary Moore se encontraba en el grupo Colosseum II al que se unió tras ayudar a Thin Lizzy a terminar la gira de 1974 cuando Eric Bell dejó la banda repentinamente. Gary y Phil eran buenos amigos, como demostraría las constantes colaboraciones que tendrían en el futuro y el disco que grabaría en 1979 como miembro de pleno derecho de Thin Lizzy (Black Rose: A Rock Legend) y tras el lanzamiento de Don't Believe a Word, Gary decidió hacer una versión del tema en forma de balada, pero que no grabó por su cuenta hasta 1978 al regresar a su carrera solista con el álbum Back On The Streets, si no que la tocó con Thin Lizzy en el programa musical: The Old Grey Whistle Test de la BBC:

Más allá de ser un temazo y una interpretación impecable, cuando vi este vídeo por primera vez, me sorprendió el solo de la segunda parte del tema, la cañera, a partir del minuto 3:35, porque no era el de ninguna de las dos versiones de los discos de Thin Lizzy o Gary, tampoco el de ningún directo con esa canción, pero ya lo había oído antes. Enseguida me vino a la mente: "Nuclear Attack... ¡No! ¡¡Hiroshima!!... tampoco... es el Dirty Fingers seguro...". Y así era, ese solo lo había escuchado en alguna canción del álbum Dirty Fingers del 83 de Gary Moore. La canción era Run To Your Mama:

Hay una diferencia de 7 años, entre ese vídeo de Don't Believe a Word y el lanzamiento del Dirty Fingers, y es imposible preguntarse si Gary lo metió sin querer, o si deliberadamente guardó ese solo hasta que llegará el momento de ponerlo en alguna canción, y de ser así, ¿por qué en esa canción? ¿por qué 7 años después si podría haberla puesto en alguno de sus álbumes anteriores? Son cosas que ya nunca podrá contar, pero que son cuanto menos curiosas, y, al menos, nos dejó un solo, que como muchos otros suyos, es increíble.

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